sábado, 17 de noviembre de 2012

De como las niñas ya no quieren muñecas sino monstruos

Rosa negra
Pues sí. Llega un momento en la vida de todo padre en el que su pequeña ya no quiere saber nada de princesas.

Escarabajo

- "Papá, eso es de niñas" te dice la tía con sus 10 añitos y te mira con cara de "es que no te enteras de nada"

Vísceras de frambuesa, mmmmm
Así que hace un tiempo un buen amigo gaditano me pidió ayuda con el cumple de su pequeña y según íbamos viendo cupcakes súper súper monísimos, rosas, morados.... Va la nena, ve mis cupcakes de Halloween y dice que ella lo que quiere es una fiesta de noche de terror.
"Visceritas para el niño y la niña", "Me he clavado un cristalito" e "Híncame el diente"

Para terror el que le entrá a su padre, que no solo ve como su pequeña deja de serlo sino por tener a una horda de preadolescentes gritando como locas en su noche de terror. Jajaja, menos mal que solo me encargo de los dulces. En fin, que como si esto fuera el día de la marmota, vuelvo a cocinar cupcakes de Halloween. Pero me lo paso tan bien con ellos que no me importa.

Oreja pringosa y asquerosa
Y de hecho me da por hacer modelis nuevos como esta oreja tan hermosa. ¿A que quedó chula y realista?

La momia de "Tutanjamón"

Así que, si os veis en una de estas en las que se acabó lo de hacer cupcakes y tartas rositas y necesitáis inspiración de terror podéis consultar un millón de libros (raro es el libro que no tiene la sección de Halloween) y cómo no, en San Google. Pero si lo que os gusta son los realmente asquerosos os recomiendo fervientemente "Un zombi se comió mi cupcake" de Lily Vanilli. Casi todos mis modelos han salido de ahí. Os lo recomiendo como inspiración para crear modelos. Para recetas podéis usar las que más os gusten a vosotros. Esas no tienen nada de especial.

Mano de zombi

Como muchos de vosotros me habéis preguntado por los ojos y los cristales de azúcar, hoy os voy a poner las recetas aunque ya no os sirvan hasta el Halloween que viene o hasta que a vuestra hija preadolescente le de por ahí. He sacado la receta del libro que os he comentado "Un zombi se comió mi cupcake"

Para los ojos necesitaréis:

- 250 ml de leche de coco (esto lo venden en grandes superficies normalmente en la sección de comida oriental)
- 125 g de azúcar
- 5 hojas de gelatina
- Colorantes en pasta para pintar

Ojos podridos con ciempies incluidos (aunque con un riquiísimo sabor a coco y chocolate)
Poner en un cazo a calentar la leche con el azúcar. Retirarlo del fuego antes de que hierva y dejarlo tapado para mantener el calor.

En un cuenco poner en remojo la gelatina con 180 ml de agua unos 5 minutos hasta que esté blandita. Después lo añadimos a la leche de color y removemos hasta que esté bien unido.

Ahora necesitaréis un molde. Yo usé una cubitera con forma de semicirculos (que es lo mejor que encontré) La primera vez que lo hice no hunté el molde con nada y al despegar los ojos la lié parda así que las siguientes veces lo hunté con un poco de Crisco. Puse Crisco porque es como grasa pero no tiene ningun sabor. Supongo que poniendo margarina o aceite valdrá igual pero no se si le quedará algo de sabor.

En fin, que rellenamos los moldes y a la nevera. En un par de horitas podrás desmoldarlo y con ayuda de los colorantes y un pincel, pintarles unos bonitos iris y pupilas.

Para hacer los ciempies, utilicé un poco de fondant de chocolate. Hice un rollito y aplasté los laterales con las puas de un tenedor (como si fueran empanadillas) Luego me ayudé de colorante negro y piping gel para darle más realismo.

Para los cristales necesitarás:

- 500 ml de agua
- 785 g de azucar
- 250 ml de sirope de maiz o glucosa líquida
- 1/4 cucharilla de crema tártara


"Me he clavado un cristalito"
A ver, esta es la receta original. A mi me pareció que era mucha cantidad así que hice la mitad de ingredientes y me salieron un montón de cristales. Tampoco tenía a mano crema tártara así que pasé de ella (es curioso lo de la crema tártara, en todas las recetas que aparece siempre es prescindible. Algún día lo compraré para probarlo sólo por curiosidad)

Forra con papel de aluminio un molde que no sea demasiado grande para que así tus cristales tengan suficiente grosor. Ten cuidado de no dejar ningún agujerito. Úntalo bien de aceite o de Crisco para que no se quede pegado al aluminio (en este caso si que utilicé aceite y os confirmo que no quedó sabor a aceite)

En un cazo pon a calentar el agua, el azúcar, la glucosa y la crema tártara. Llévalo a ebullición y utiliza un termómetro de cocina. La mezcla deberá llegar a 150º. ¿que no tenéis termómetro? Que no cunda el pánico, tenéis que andar con más cuidadito pero se puede igualmente. Estará en su punto cuando por los lados del cazo empieza a coger un color amarillito (muy muy poco, no se llega a hacer caramelo) y si cogéis un poquito y lo hecháis en un vaso de agua fria, inmediatamente se forma una bola dura. Es el punto justo antes del caramelo. Advierto, esto tarda un poquito así que paciencia.

Cuando haya llegado a los 150º volcarlo rápidamente y con mucho cuidado en el molde.

Lo dejamos enfriar y cuando lo desmoldemos sólo habrá que darle un golpe seco en el medio. Yo lo hice con el mortero.

Para hacer la sangre (como yo no tenía compota de cereza que es lo que pone en la receta) fui mezclando poco a poco sirope de fresa con colorante alimenticio en pasta rojo (Poppy Red de Sugarflair) y con colorante alimenticio negro (Wilton) hasta que tuvo la consistencia y el color que más me gustaron.

Espero que os gusten y que practiquéis mucho. Preguntadme si tenéis dudas.

¡¡A cocinar!!

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